¿Muerto o no muerto? Un experimento sobre la fragilidad de la memoria

¿Muerto o no muerto?

- Un experimento sobre la fragilidad de la memoria -

CONCLUSIÓN

(Esto es solo una hipótesis personal basada en el análisis de los primeros 2 millones de respuestas a las preguntas del experimento.)






En general tendemos a creer que estamos bien informados y que tenemos una buena memoria que nos permite recordar la gran parte de las cosas que sabemos.

“Estoy informado de todas las muertes de famosos y como tengo buena memoria, sé si alguien está vivo o está muerto.”

Pero en la mayoría de los casos no es así, de lo contrario en el test siempre se acertarían los famosos que ya han muerto y no es así (12% de fallos)
Y en esto intervienen varios factores:

- Información.

Actualmente hay un exceso de información y es muy difícil estar al día de todo, también pasa que hay personajes que aunque fueron muy famosos en su día, ya no lo son tanto y sus vidas o sus muertes no llegan a ser noticia de primera plana.

- Memoria.

Ese exceso de información también provoca que los datos pasen de forma más ligera por la memoria y no se queden tan marcados como creemos.






En el lado opuesto están los famosos que siguen vivos y sobre los que nos preguntamos si están muertos.

Aquí aunque estuviéramos muy informados y tuviéramos buena memoria, también tendríamos que confiar en que la información de su muerte hubiera aparecido en los medios.

“Si no me he enterado de su muerte, es porque no se ha muerto aún, porque si no, lo recordaría”

Pero claro, si antes hemos llegado a la conclusión de que esto no era así siempre, tampoco podemos hacer esa afirmación.
Por lo que el razonamiento que nos queda es algo así:

“No se nada de ese famoso desde hace tiempo, pero tampoco recuerdo haber oído que haya muerto, así que no lo tengo claro ¿Será que no me he enterado de su muerte o que sigue vivo?”



Con ese grupo de personajes pasa algo parecido al gato de Schrödinger, que hasta que no nos informemos de su estado, para nosotros están vivos y muertos al mismo tiempo.

Aunque en este caso entra en juego lo que se puede llamar “percepción racional”. Que es algo que hacemos de manera inconsciente y que hace desequilibrar la balanza hacia uno de los dos estados.
En este cálculo racional intervienen varios factores:

- Tiempo.

El tiempo que hace que no tenemos ninguna noticia de esta persona.

- Edad.

La edad que tendría actualmente.

“Lo ví en la tele hace apenas 6 meses y tendrá solo unos 50 años, muy raro será que no siga vivo”

o por el contrario:

“Hace al menos 10 años que no oigo hablar de él y si estuviera vivo ya tendría unos 95 años… esto me huele a que se murió y no me enteré”






Y finalmente además de estos factores racionales hay una sensación más visceral que quizás la tengamos de tiempos primitivos cuando vivíamos en grupos más pequeños:

“No lo he visto con la manada durante mucho tiempo, será que ha tenido un accidente o se lo habrá comido un depredador y estará muerto”

Esto nos pasa con gente cercana y nos pasa con los famosos porque al tenerlos tan presentes en nuestras vidas, los llegamos a considerar como miembros de nuestra manada.

Y actualmente con el cambio tecnológico se ha notado aún más, porque hay muchos personajes de los 80’s que formaban parte de nuestras vidas desde la televisión y que ahora como nuestros medios informativos han cambiado, si no siguen presentes en nuestras redes sociales, es como si ya hubieran desaparecido de la manada, y nos dan la sensación de que han muerto.






Esto me lleva a una especie de “solución” para no dar por muertos a gente que sigue viva:
Volver a meterlos en la manada.
Puedes consultar a todas las personas que siguen vivas de la web, aquí: Vivituario






En resumen:


Lo que provoca que no conozcamos con exactitud si algunos famosos están vivos o muerto, es en gran medida el exceso de información actual que hace que los recuerdos se fijen menos en la memoria, además de la caída de las carreras profesionales de algunos de ellos y la consiguiente ausencia en los medios de comunicación tradicionales, que hace que no sepamos nada de ellos durante largos periodos de tiempo, lo que distorsiona nuestra percepción de la realidad y nos provoca una sensación visceral que nos hace creer que ya están muertos, aunque no lo estén.